
¡Biocomunicación en el Despacho Oval!
Hoy quiero hacer una pausa en las dosis semanales para compartir contigo una reflexión sobre el impacto de la Biocomunicación en el reciente encuentro entre Trump y Zelensky en el Despacho Oval. Este ejercicio no pretende ser un posicionamiento político ni ideológico, tan solo espero que te ayude a entender qué ocurre cuando nos sentimos bajo mucha presión en un entorno hostil, y qué recursos podemos utilizar.
Si bien el resultado era predecible y Zelensky llegaba con muy pocas opciones, podemos aprender mucho al analizar la Biocomunicación de ambos líderes. Sus emociones e intenciones quedaban reflejadas en su actitud corporal, miradas, entonación y forma de vestir.
Aquí te dejo un vídeo, por si quieres ver la escena
🔴 TRUMP: INVASIVO, EXPANSIVO Y TERRITORIAL
Trump es un maestro en ocupar el espacio. Desde el primer momento, estableció su dominio con una actitud corporal expansiva, como si el Despacho Oval (su territorio) fuera una extensión de su propio cuerpo. Esta postura proyecta seguridad y un control absoluto del entorno.
Cada uno de sus gestos reforzaba esa sensación. Su índice acusador, levantado en varios momentos de la conversación, no buscaba acompañar el discurso, sino marcar territorio e imponer su narrativa. Las sonrisas a medias, ladeadas, incompletas y sin calidez real, dejaban claro que no había ninguna intención de conciliación o acercamiento, sino una afirmación de poder.
Su voz, con pausas estratégicas y un tono descendente al final de las frases, transmitía la certeza de quién no espera respuestas, sino obediencia. Un detalle clave fue su uso de los silencios: tras una pregunta o afirmación provocadora, dejaba segundos de pausa mientras miraba fijamente a Zelensky, como quien mide la reacción de su oponente “en un combate” antes de dar el siguiente golpe.
Trump lanzó el primer golpe en el momento que Zelensky bajó del coche, cuando se dirigió a la prensa para ridiculizar con ironía la tradicional vestimenta paramilitar de Zelensky: “hoy viene elegante”.
🔴 ZELENSKY: TENSIÓN Y SOLEDAD EN TERRITORIO AJENO
Zelensky, en cambio, mostró desde el inicio una Biocomunicación mucho más contenida. Llegó acompañado de una comitiva muy reducida, mientras Trump estaba arropado por un amplio grupo de aliados, asesores y medios de comunicación afines, reforzando la sensación de desigualdad en la negociación.
Aunque trataba de imitar la postura de Trump para equilibrar el encuentro y empatizar, su actitud corporal revelaba incomodidad: hombros ligeramente encogidos, manos entrelazadas con los dedos en movimiento buscando apaciguar su tensión mental. Su mirada, en varias ocasiones, se dirigía hacia el techo o los lados, como un intento de posible búsqueda de argumentos, pero también de huida inconsciente para evitar la confrontación directa, confirmado en algún momento por sus pies. En el momento de la conversación directa con Vance, no pudo evitar cruzar sus brazos con fuerza y tensión, a modo de escudo frente a un ataque.
Cuando hablaba, no hacía pausas, intentando completar sus frases rápidamente antes de ser interrumpido y también como acto reflejo de ese instinto de huida para acabar cuanto antes. Su sonrisa, más genuina pero tímida, contrastaba con la calculada de Trump. Aunque intentó proyectar firmeza en algunos momentos, su cuerpo contaba otra historia: respiraciones profundas, exhalaciones visibles o facciones congeladas en algunos momentos, eran señales de un alto nivel de estrés.
🔴 EL CONTEXTO: PODER CONTRA VULNERABILIDAD
Más allá de la actitud corporal de cada uno, el entorno jugó un papel clave. Trump estaba en su territorio, rodeado de su gente, apoyado por su vicepresidente durante la conversación y en una sala decorada con su simbología de poder. Por esto es más interesantes profundizar en la Biocomunicación de Zelensky, que se encontraba en una posición de evidente desventaja, sin aliados visibles y sufriendo una humillación pública poco frecuente.
A pesar de que, en este caso, la asimetría era demasiado evidente, un líder consciente de su Biocomunicación, puede reforzar su presencia y proyectar poder y confianza de manera estratégica. para neutralizar el entorno hostil.
🔴¿QUÉ HIZO BIEN ZELENSKY?
1. Autenticidad y humanidad: A diferencia de la actitud calculada y teatral de Trump, Zelensky mostró una expresión más genuina y accesible. Su sonrisa, aunque tímida, transmitía cercanía y una intención real de diálogo, lo que lo diferenciaba positivamente. También algunos gestos de llevar su mano al corazón.
2. Resistencia sin agresión: Aunque estaba en una situación de clara desventaja, no cayó en la confrontación ni en la sumisión absoluta. Respondía sin agresividad evitando caer en la provocación, lo que evitó escalar el conflicto y proyectó la imagen de un líder con autocontrol.
3. Mirada estratégica: A pesar de que en algunos momentos la desviaba tratando de huir de la escena, también buscaba el contacto visual en instantes clave, especialmente cuando quería enfatizar su mensaje. Esto mostró que, pese a la presión, mantuviera claras sus intenciones.
4. Control de su discurso: Zelensky: Su tono era algo más rápido de lo habitual confirmando su reacción de huida. En un entorno tan desafiante, no divagó y supo mantener la narrativa sin modificar su posición.
5. Forma de vestir: Aunque solemos ser mejor aceptados por quienes llevan símbolos similares a los de “nuestra tribu”, en este caso la indumentaria paramilitar ayudaba a reforzar un mensaje claro: “mi país sigue en guerra”, frente al objetivo de Trump de imponer una paz sumisa.
🔴¿QUÉ MÁS PODRÍA HABER HECHO ZELENSKY?
Tenía muy pocas o nulas opciones de salir triunfador de un enfrentamiento tan desigual, pero siendo consciente de esto, le quedaba influir en su propia reacción de estrés ante los ataques previsibles que iba a recibir. Esto le habría ayudado a sentir más fortaleza física y emocional, además de mostrarla al mundo, y especialmente a su país.
1. Expandir su territorio: Aunque estaba en un espacio ajeno, podría haber usado estrategias para evitar “encogerse”. Apoyar un brazo en la silla, ocupar más espacio con gestos abiertos y mantener la espalda recta le habrían hecho sentir y proyectar más seguridad.
2. Controlar su ritmo y pausas: Tomar el control de la respiración, reducir la velocidad del discurso y enfatizar ciertas palabras con más firmeza habría reforzado su sensación de control en una situación tan compleja.
3. Uso de la mirada: En lugar de escapar con la vista hacia el techo o los lados, mantener una mirada serena pero no desafiante le habría infundido más confianza. Alternar entre mirar a Trump y a su propia comitiva también podría haber cambiado la dinámica de poder en la sala.
4. Romper la dinámica de sumisión: Un ligero cambio en el tono de voz, una pregunta medida a Trump o incluso una pequeña sonrisa irónica en momentos clave podrían haberle dado más control sobre la conversación.
5. Resistencia sin confrontación: La mejor estrategia no siempre es agresión contra agresión. Zelensky podría haber utilizado gestos sutiles de desacuerdo, como negar con la cabeza en silencio o levantar ligeramente una ceja ante ciertos comentarios, para no mostrar una aceptación pasiva al marco impuesto por Trump.
Reconozco que es más fácil proponer estas estrategias que aplicarlas en momentos tan difíciles como este. Sin embargo, si tomas conciencia del impacto que tiene tu Biocomunicación en cómo te sientes y te posicionas en cualquier situación, incluso en los momentos más difíciles, puede marcar la diferencia entre sentirte y ser percibido como alguien vulnerable o como un líder confiable.
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